martes, 20 de marzo de 2012

Arte Prima

Parte 2:


En Diciembre nos despedimos del Sucucho y en Enero los 15 nos fuimos a veranear por 2da vez consecutiva a Villa Gesell. Destino elegido por la mayoría de pendejos de entre 16 y 20 años para sus vacaciones de verano. Capítulo aparte que merecen las dos ediciones veraniegas con toda la banda de amigos.

En Marzo reiniciaron las cenas familiares en lo de mi abuela. Todos los Domingos religiosamente vamos a comer a lo de La Lelu. Infinidades de platitos con increíbles degustaciones, que semana a semana parecen sorprender el paladar de los asistentes. Me estoy dando cuenta, que los ¨Domingos de Lelu¨ también merecen un capítulo aparte. Estas reuniones sirven, ademas de comer como si fuese la ultima cena, para exponer opiniones e intercambiar diferentes puntos de vista. Un Domingo, mi primo Diego comentó que estaba incursionando en el tema de la fabricación de velas artesanales. Vale destacar la influencia de mi tía Patri sobre asuntos manuales y artísticos. Para la próxima reunión, no solo contábamos con una muestra material, sino que mi primo Tomás Hugo estaba también muy informado sobre el asunto. Personalmente quedé impresionado. Estábamos en presencia de un objeto cotidiano, hecho a mano y con funcionalidad excelente. Fue ahí cuando caprichosamente quise fabricar, elaborar un objeto útil y hermoso como una vela. Una vez mas, Patri me aconsejaba por donde podía comenzar mi juego.

Me especialice en jabones artesanales. Me compré un librito, dos moldes y los elementos necesarios para su fabricación. Ensayo y error, error, error, y vuelta a empezar. Estaba emocionadísimo. Iba regalando espuma a toda mi familia.
Mi lugar de practicas era la casa de mi tía, ya que ella contaba con muchos recipientes y latas para hacer las diferentes mezclas. Un día me llama mi vieja y me dice que una amiga suya estaba encantada con mis jabones y quería encargarme muchos. Tuve mi primer pedido y tenia que hacer 100 jabones, de los cuales 50 tenían que ser negros. Difícil tarea. En ese momento no sabia como hacer para que el jabón no destiñera. Finalizada la entrega y con Hugo perfeccionando su técnica en velas, estaba dispuesto a conquistar el mundo.

Una semana mas tarde, estábamos con mi primo en Once de compras. Compramos mucha materia prima para hacer jabones y velas artesanales. Luego compramos una alfombra de color azul y muchos metros de lienzo natural.
Estábamos preparados para poner un local de venta al publico. Ibamos a utilizar el Sucucho como negocio y taller. Lo único, es que teníamos que hacer nuestras reformas para poder transformar la pista de baile en un local con onda. Tuvimos que adaptar el salón principal ya que tenia unas dimensiones un poco pretenciosas para nuestro humilde comienzo. Así que utilizamos el lienzo como falsa pared y recortamos a la mitad el espacio del local. El mismo mecanismo utilizamos para con el techo. Y por ultimo alfombramos el piso. Ya teníamos un mini local de 3 metros de ancho por 4 metros de profundo. Pintamos, de amarillo claro, un escritorio de esos antiguos con cajones bien anchos y también todos los muebles que pusimos dentro.

Detrás, no montamos un taller increíble. Una mesa gigante en forma de L y dentro nuestra cocina. Sobre una de las paredes colocamos estanterías para poner nuestros moldes y herramientas de trabajo. Recibimos una donación muy importante por parte de mi abuela. A los pocos días de comenzar nuestro proyecto, La Lelu cambiaba de heladera y nosotros con los brazos abiertos adoptamos su heladera vieja. Teníamos todo armado. Local, deposito, materia prima, precios, costos. Teníamos una ansiedad inmensa por abrir el negocio.
Plano Sucucho





Plano Arte Prima
Luego de intercambiar pensamientos e ideas, salió el nombre definitivo. No tardamos mucho, me acuerdo que la idea era dejar en claro que lo que hacíamos era, arte con amor con un vinculo familiar y fue una seguidilla...¨Mas que primos... ? ...Primarte? …. Opera Prima.... si si, es buena...y Arte Prima? … uhhh de una... dale!! ARTE PRIMA, suena bien che¨.
Con el nombre presente, acudí a mi hermano Tin para que me diseñara algún logo. No se si me quería sacar de encima o es un verdadero genio, o ambas, pero a los pocos minutos teníamos el logo final. Excelente.


Arte Prima ya estaba funcionando. Hugo y yo, trabajando juntos. Dos personalidades bastante diferentes, diversas maneras de concebir el error y mucho aprendizaje de por medio. Para mi toda una diversión y una experiencia única. Con apenas 19 años éramos ¨dueños¨de un local de velas y jabones artesanales. Jajaja. Que cara rotas! Dividíamos un poco los horarios, pero estábamos casi todas las tardes juntos. Ya que yo iba por las mañanas a la facu y a entrenar y Tomi recién entraba a trabajar a la noche en Páprika, que era la roticería de mi Tía que estaba pegada al local. Que lindo era terminar de hacer velas y pasar al local de al lado a comerme una rica pizza y charlotear un poco mientras mis primos laburaban. Mas de una vez y con mucha gana, les llevaba los pedidos a domicilio.


Menú Páprika

Durante el primer año, lo pasamos genial. Al estar en el centro del barrio donde viven la mayoría de mis amigos y la familia, Arte Prima comenzaba a ser un lugar de encuentro para unos ricos mates o una lindas charlas. Recibíamos un montón de visitas de amigos y conocidos, que era, para mi, la parte mas linda de todo este asunto.

Finalizando el año no podíamos estar mas contentos. Navidades nos había dado muy buenas ventas y ahora teníamos unos pesitos pa gastar en las vacaciones. Cerramos el local casi 3 meses como buenos vagos. El año nuevo traía nuevos proyectos. Se avecinaban muchísimos cambios. La sociedad iba a dividirse...

(esta historia esta formada por tres capítulos)




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