En Diciembre nos despedimos del Sucucho y en Enero los 15 nos fuimos a veranear por 2da vez
consecutiva a Villa Gesell. Destino elegido por la mayoría de
pendejos de entre 16 y 20 años para sus vacaciones de verano.
Capítulo aparte que merecen las dos ediciones veraniegas con toda la
banda de amigos.
En Marzo reiniciaron las cenas
familiares en lo de mi abuela. Todos los Domingos religiosamente
vamos a comer a lo de La Lelu. Infinidades de platitos con increíbles
degustaciones, que semana a semana parecen sorprender el paladar de
los asistentes. Me estoy dando cuenta, que los ¨Domingos de Lelu¨
también merecen un capítulo aparte. Estas reuniones sirven, ademas
de comer como si fuese la ultima cena, para exponer opiniones e
intercambiar diferentes puntos de vista. Un Domingo, mi primo Diego
comentó que estaba incursionando en el tema de la fabricación de
velas artesanales. Vale destacar la influencia de mi tía Patri sobre
asuntos manuales y artísticos. Para la próxima reunión, no solo
contábamos con una muestra material, sino que mi primo Tomás Hugo
estaba también muy informado sobre el asunto. Personalmente quedé
impresionado. Estábamos en presencia de un objeto cotidiano, hecho a
mano y con funcionalidad excelente. Fue ahí cuando caprichosamente
quise fabricar, elaborar un objeto útil y hermoso como una vela. Una
vez mas, Patri me aconsejaba por donde podía comenzar mi juego.
Me especialice en jabones artesanales.
Me compré un librito, dos moldes y los elementos necesarios para su
fabricación. Ensayo y error, error, error, y vuelta a empezar.
Estaba emocionadísimo. Iba regalando espuma a toda mi familia.
Mi lugar de practicas era la casa de mi
tía, ya que ella contaba con muchos recipientes y latas para hacer
las diferentes mezclas. Un día me llama mi vieja y me dice que una
amiga suya estaba encantada con mis jabones y quería encargarme
muchos. Tuve mi primer pedido y tenia que hacer 100 jabones, de los
cuales 50 tenían que ser negros. Difícil tarea. En ese momento no
sabia como hacer para que el jabón no destiñera. Finalizada la
entrega y con Hugo perfeccionando su técnica en velas, estaba
dispuesto a conquistar el mundo.
Una semana mas tarde, estábamos con mi primo en Once de compras. Compramos mucha materia prima para hacer jabones
y velas artesanales. Luego compramos una alfombra de color azul y
muchos metros de lienzo natural.
Estábamos preparados para poner un
local de venta al publico. Ibamos a utilizar el Sucucho como
negocio y taller. Lo único, es que teníamos que hacer nuestras
reformas para poder transformar la pista de baile en un local con
onda. Tuvimos que adaptar el salón principal ya que tenia unas
dimensiones un poco pretenciosas para nuestro humilde comienzo. Así
que utilizamos el lienzo como falsa pared y recortamos a la mitad el
espacio del local. El mismo mecanismo utilizamos para con el techo. Y
por ultimo alfombramos el piso. Ya teníamos un mini local de 3
metros de ancho por 4 metros de profundo. Pintamos, de amarillo
claro, un escritorio de esos antiguos con cajones bien anchos y
también todos los muebles que pusimos dentro.
Detrás, no montamos un taller
increíble. Una mesa gigante en forma de L y dentro nuestra cocina.
Sobre una de las paredes colocamos estanterías para poner nuestros
moldes y herramientas de trabajo. Recibimos una donación muy
importante por parte de mi abuela. A los pocos días de comenzar
nuestro proyecto, La Lelu cambiaba de heladera y nosotros con los
brazos abiertos adoptamos su heladera vieja. Teníamos todo armado.
Local, deposito, materia prima, precios, costos. Teníamos una ansiedad inmensa por abrir el negocio.
Plano Sucucho |
Plano Arte Prima |
Luego de intercambiar pensamientos e
ideas, salió el nombre definitivo. No tardamos mucho, me acuerdo que
la idea era dejar en claro que lo que hacíamos era, arte con amor
con un vinculo familiar y fue una seguidilla...¨Mas que primos... ?
...Primarte? …. Opera Prima.... si si, es buena...y Arte Prima? …
uhhh de una... dale!! ARTE PRIMA, suena bien che¨.
Con el nombre presente, acudí a mi
hermano Tin para que me diseñara algún logo. No se si me quería
sacar de encima o es un verdadero genio, o ambas, pero a los pocos
minutos teníamos el logo final. Excelente.
Arte Prima ya estaba funcionando. Hugo
y yo, trabajando juntos. Dos personalidades bastante diferentes,
diversas maneras de concebir el error y mucho aprendizaje de por
medio. Para mi toda una diversión y una experiencia única. Con
apenas 19 años éramos ¨dueños¨de un local de velas y jabones
artesanales. Jajaja. Que cara rotas! Dividíamos un poco los
horarios, pero estábamos casi todas las tardes juntos. Ya que yo iba
por las mañanas a la facu y a entrenar y Tomi recién entraba a
trabajar a la noche en Páprika, que era la roticería de mi Tía que
estaba pegada al local. Que lindo era terminar de hacer velas y pasar
al local de al lado a comerme una rica pizza y charlotear un poco
mientras mis primos laburaban. Mas de una vez y con mucha gana, les
llevaba los pedidos a domicilio.
Menú Páprika |
Durante el primer año, lo pasamos
genial. Al estar en el centro del barrio donde viven la mayoría de
mis amigos y la familia, Arte Prima comenzaba a ser un lugar de
encuentro para unos ricos mates o una lindas charlas. Recibíamos un
montón de visitas de amigos y conocidos, que era, para mi, la parte
mas linda de todo este asunto.
Finalizando el año no podíamos estar
mas contentos. Navidades nos había dado muy buenas ventas y ahora
teníamos unos pesitos pa gastar en las vacaciones. Cerramos el local
casi 3 meses como buenos vagos. El año nuevo traía nuevos
proyectos. Se avecinaban muchísimos cambios. La sociedad iba a
dividirse...
(esta historia esta formada por tres capítulos)
(esta historia esta formada por tres capítulos)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Te quedaste pensando en algo? Contame..